Linha Mineira do Braçal - Antigua línea de Vagonetes
El llamado sistema americano, o "tramway", consistía en líneas de ferrocarril aptas para vagones de mercancías industriales, que en este caso funcionaban con tracción animal.
La antigua línea de vagonetas es como la escritura de nuestra historia. Permitía transportar el producto final de la minería, los lingotes de plomo, desde el establecimiento de Braçal hasta el punto donde el río Mau desemboca en el Vouga.
La carga se transportaba en barcos de la compañía por el río hasta Aveiro. En esta dirección, los vagones descendían por la línea por gravedad; para volver a Braçal, colina arriba, se utilizaba tracción animal.
En 1850, se iniciaron los trabajos en la mina de Malhada, 700 metros al norte de la mina de Braçal. En 1856 se descubrieron las minas de Coval da Mó.
En Braçal llegaron a trabajar 700 hombres y mujeres. El yacimiento estaba tan bien electrificado (incluso más que la propia ciudad de Sever do Vouga) que, por la noche, las luces distribuidas por todo el complejo hacían que pareciese una auténtica ciudad en medio del bosque.
Ahora le invitamos a visitar lo que queda de esta antigua explotación minera, que no cerró hasta 1959, a lo largo del trazado de la antigua Línea de Vagonetes, desde Braçal hasta la desembocadura del río Mau, enlazando esta ruta con el Ecotrail de Vouga. Un paseo magnífico, lleno de historia, naturaleza y un pasado lleno de gente.
El contrato para la construcción de la antigua Línea de Vagonetes, o el tren americano, se remonta a 1867, ya que, de hecho, fue el sistema americano el que se implantó aquí para dar servicio al gran complejo minero de Minas do Braçal.
Conectaba las Minas do Braçal con el río Vouga, siguiendo el valle del río Mau hasta su desembocadura. Esto supuso una enorme mejora en la explotación de estas minas, que ya habían sido concesionadas tres décadas antes, en 1836, la primera concesión de este tipo en Portugal.
En sentido contrario, las carretas subían desde el río hasta las minas, tiradas inicialmente por caballos, más veloces, y más tarde por bueyes, más lentos pero más resistentes.
La implantación de la línea no fue fácil, ya que requirió la construcción de pontones, mediante un sistema de arranques o empalmes, a lo largo del recorrido para suavizar las curvas del valle del río Mau. Sin estas construcciones, habría sido difícil que viajaran los pesados vagones. En la ruta aún pueden verse algunas ruinas de estos pontones, verdaderas obras de arquitectura.
